La temporalidad alcanza al 92%. De esos empleos, casi la mitad dependen de las «circunstancias de la producción», según el Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo Estatal .
En 2007 las empresas firmaron menos contratos y su estabilidad resultó ser peor que 2006, pero mejor que años anteriores. En 2004 la tarta se repartió entre 93,3% de temporales y 6,2% de indefinidos. Un año después, la estabilidad aumentó hasta el 6,8%, mientras que en 2006 mejoró y llegó hasta el 9,2%.
Si se compara a los menores de 30 con la situación laboral del resto tampoco hay demasiadas diferencias: los fijos suponen el 8,57%.
Encadenar contratos
En un año cada joven tiene que encadenar dos contratos. Ésa fue la media por persona el año pasado en Málaga, según el informe. Allí se precisa que de los 298.893 menores de 30 años en edad de trabajar, sólo la mitad cotizan.
Con todo, la temporalidad no afecta a todos por igual. Dependientes en almacenes, quioscos y mercados tienen más posibilidades de quedar fijos; los camareros, los que menos. Llama la atención que la mayoría de los contratos temporales sean de duración indeterminada, lo que podría suponer que los empleadores explotan los tres años de máximo que permite la ley para hacer indefinido al personal.
EN DETALLE
De alta: sólo la mitad de los jóvenes menores de 30 cotiza a la Seguridad Social. Son el 25% del total de trabajadores de alta.
Parados: De los 30.773 demandantes de empleo, a 22.742 se les considera parados oficialmente. La mayoría reside en Málaga, Marbella y Vélez.
Inmigrantes jóvenes: El 12% de los contratos lo firmaron extranjeros. De Marruecos sobre todo.
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